Aspectos como la formación, las evaluaciones de desempeño o la evolución de la carrera profesional, influyen positivamente en la experiencia de los empleados, y potencian el adecuado desarrollo profesional de cada uno de ellos.
Al final, trabajar en un plan de desarrollo profesional, no solo beneficiará a los empleados individualmente, sino que mejora el clima laboral de la organización, lo que se traducirá en mayor productividad global.
¿Qué es un plan de desarrollo profesional y para qué hacerlo?
Un plan de desarrollo personal es un método para evaluar la vida profesional de una persona, saber dónde se encuentra y a dónde le gustaría llegar, dando importancia y prioridad a las cosas que realmente son importantes para desarrollar su carrera.
En este plan, se establecen, además de los objetivos, las fechas en que tienen que haberse cumplido y las diferentes tareas o actividades, relacionadas con las competencias propias de su actividad profesional y puesto de trabajo, que hay que realizar para ir cumpliendo los objetivos e ir comprobando y evaluando los progresos que se realizan. Es un elemento clave para poder crecer profesionalmente y desarrollar una carrera laboral buscando siempre la evolución, el desarrollo y la realización profesional mediante un puesto de trabajo con un mayor estatus, responsabilidad y salario.
Un plan de desarrollo profesional es un manual para orientar y supervisar la evolución y desarrollo de aptitudes de los trabajadores y de sus carreras profesionales con el fin máximo de conseguir los objetivos que pretendan como, por ejemplo, ascender hasta un puesto de trabajo determinado o una mejor retribución salarial.
¿Cómo diseñar e implementar un plan de desarrollo profesional?
Un plan de carrera profesional debe estar avalado por una serie de políticas, medios y mecanismos concretos. Detrás de estos planes hay mucho trabajo por parte del Departamento de Recursos Humanos, que se encargará tanto del diseño como de la implementación y evaluación.
¿Cómo se empieza a crear un plan de desarrollo profesional? Para ello, es esencial conocer a nuestros empleados y segmentarlos. Estos planes deben estar adaptados para cada grupo de empleados, teniendo en cuenta variables como la edad, el género, el puesto y las competencias que requiere, el nivel de responsabilidad, el tiempo trabajado en la empresa, los resultados y valoración del empleado por el resto de la empresa, etc.
Un aspecto clave que tener en cuenta es el diálogo. Muchas empresas cometen el error de no escuchar a sus empleados. Este tipo de organizaciones suelen tener la obsoleta idea de que, si escuchamos a nuestros empleados, acabarán pidiendo demasiado.
La realidad es que facilitar cauces comunicativos y vías de expresión a los empleados hace que estos se sientan mucho más valorados por la empresa, lo que aumentará su compromiso y su productividad.
Para recoger información con miras a la creación de planes de desarrollo profesional se recomienda la utilización de técnicas cuantitativas y cualitativas. Algunos ejemplos son la realización de reuniones periódicas, encuestas — tanto anónimas como personales —, grupos de discusión, etc.
Al segmentar a nuestros empleados, podemos sacar conclusiones muy interesantes y ver cómo existen distintos grupos de personas que tienen demandas similares. Los millennials, esa generación nacida entre 1980 y 1995, ocupa hoy gran parte de las plantillas. Entender cómo funcionan y qué demandas tienen estas personas es esencial para una empresa, puesto que el futuro de las organizaciones depende de ellas.
Etapas del desarrollo profesional
A pesar de que muchos asociemos el desarrollo de nuestras capacidades profesionales al corto o medio plazo, el desarrollo profesional se trata de un largo proceso con varias etapas en el camino.
Crecimiento
Esta primera etapa puede definirse como el proceso en el que la persona comienza a definir su vocación: explora intereses profesionales, se relaciona con otros profesionales del sector, o se adentra en las áreas educativas en las que se va a formar.
Exploración
Aquí comienzan los primeros pasos del plan de desarrollo profesional. Aunque se puede considerar que la persona todavía se encuentra en una etapa de formación, ya se empieza a acumular experiencia laboral y recursos técnicos para desempeñar la profesión.
El profesional ya ha encontrado sus intereses y los empieza a potenciar con una formación más especializada, como posgrados, prácticas en empresas, primeros trabajos, etc. Es una etapa de ansiedad por aprender.
Establecimiento
Es el momento de adentrarse en el campo laboral deseado. En esta etapa el profesional ya cuenta con mayor experiencia y dominio en su ámbito laboral, y comienza a estar más capacitado para empezar a dirigir equipos.
En esta etapa el profesional quiere alcanzar cargos de responsabilidad y ascender, por lo que busca empresas que le ofrezcan un plan de carrera interesante y oportunidades de crecimiento y desarrollo. Las empresas deben contar con planes de promoción interna para los trabajadores de este rango.
Consolidación
En la etapa de consolidación o mantenimiento, las personas se enfocan en mantener su posición dentro de la empresa, hacer nombre en su profesión y poder transmitir conocimiento y enseñar a los más jóvenes.
Durante este camino, los profesionales continúan a cargo de equipos o áreas de la empresa, por lo que tienen la capacidad de influir en la cultura empresarial y el modelo de negocio.
Declive
La etapa de declive es aquella en la que se tiene una mayor comprensión de la vida profesional, lo que se traduce en el momento de transmitir sus conocimientos y experiencia a las nuevas generaciones.
A su vez, la productividad del profesional disminuye y se comienzan a plantear los planes de sucesión empresarial.
Ejemplo de un plan de desarrollo profesional
A continuación, te mostramos un ejemplo de un plan de desarrollo profesional, adáptalo, añade y elimina según te convenga para que se adecúe a tu situación personal. Objetivo principal: en este momento trabajo como líder de una línea de producción. A corto plazo deseo convertirme en el jefe de mi área de producción.
Autoevaluación:
Fortalezas
- Tengo tres años de experiencia en esta empresa y conozco bien las políticas.
- Sé qué se debe hacer en cada estación de trabajo.
Debilidades
- No tengo habilidades de supervisión.
- Solo cuento con conocimientos informáticos básicos.
Metas:
- Pulir mis habilidades de supervisión.
- Aprender los pormenores de trabajar con software empresarial.
Recursos disponibles:
- La empresa ofrece programas de capacitación en liderazgo e informática después de la jornada laboral.
- Tengo cuatro horas libres en las tardes que puedo destinar a adquirir nuevas habilidades.
Prioridades:
- Inscribirme a los cursos de formación continua que ofrece mi empresa.
- Crear una red de contactos en el centro comunitario que ofrece cursos de actualización.
Puesta en marcha y fechas de conclusión:
- Para el segundo semestre del año próximo debo haber completado mi o mis cursos de superación profesional, específicamente en supervisión.
- Asumir más responsabilidades a partir del primer trimestre del año próximo.
Conclusiones:
En definitiva, el plan de desarrollo profesional es una herramienta de gran utilidad y de ayuda para poder recalcar determinados objetivos y una guía que señale el camino para poder crecer profesionalmente y alcanzar todos los objetivos que se pretenden, ya sea, por ejemplo, unas condiciones laborales o salariales mejores o un puesto ejecutivo o de mayor responsabilidad.